Las mujeres que estudian carreras técnicas, de ciencias o de ingeniería suelen ser discriminadas, o incluso acosadas, por su condición de género. Reciben críticas por considerar estas actividades como «masculinas».
Ciudad de México, 11 de octubre (SinEmbargo/The Huffington Post).- «A las mujeres en mis clases de Ingeniería». Así comienza su carta Jared Mauldin, estudiante de Ingeniería Mecánica de la Universidad de Eastern Washington, en Estados Unidos. Su escrito, con el que quería denunciar la discriminación de género que, afirma, sufren las mujeres en carreras técnicas o de ciencias, se ha convertido en un fenómeno viral en todo el mundo.
Mauldin publicó su carta en el periódico de su universidad y, desde entonces, ha generado todo tipo de alabanzas por llamar la atención sobre un asunto que, según afirma, «una vez que eres capaz de verlo y darte cuenta de lo habitual que es no puedes ignorarlo nunca más».
El estudiante cree que el éxito de su escrito se debe a los pocos hombres que se atreven a denunciar en público la situación. Casos, dice, como el de Holly Jeanneret, una compañera suya de la clase de cálculo.
«Holly superaba ampliamente mis notas en los exámenes y en las tareas extras; entendía los conceptos a un nivel que yo no era capaz. Sin embargo, a menudo veía como otros hombres pasaban de largo por su lado y se buscaban otra pareja. Si llegaban a trabajar con ella eran supercríticos, le interrumpían al hablar o directamente se dirigían a mí como si ella no estuviese allí. Si Holly mostraba su desacuerdo con una respuesta, en lugar de comparar ambas respuestas para ver quién de los dos había hecho algo mal- algo habitual cuando he trabajado con otros hombres- los veía llegar directamente a la conclusión que quien debía haberse equivocado era ella».
Pero, ¿qué dice Mauldin en su carta? Aquí la tienes, con su traducción al castellano debajo.
A las mujeres de mis clases de Ingeniería:
Aunque siempre es mi intención tratarlas como iguales en nuestras interacciones, permítanme desviarme para decir que en realidad ustedes y yo, no somos iguales.
Sí, estamos en el mismo programa educativo y muy posiblemente obtengan las mismas calificaciones que yo, pero ¿nos hace eso iguales?
No, por ejemplo, yo no he crecido en un mundo que me desanimaba a dedicarme a las ciencias puras.
No he vivido en una sociedad que me decía que no me ensuciara o que me llamaba ‘mandón’ cuando exhibía mis habilidades para el liderazgo.
En la escuela primaria nunca tuve miedo de ser rechazado por mis compañeros debido a mis intereses.
No fui bombardeado con imágenes y eslóganes diciéndome que mi verdadero valor estaba en mi apariencia y que debería abstenerme de ciertas actividades porque podría ser considerada demasiado masculina.
No era ignorado por profesores que asumían que el motivo de que no entendiese un concepto matemático o científico complicado se encontraba, al fin y al cabo, en mi género.
No he tenido ninguna dificultad con la mentalidad de un club de chicos y no tendré que enfrentarme al escrutinio o las observaciones añadidas de ser la «discriminación positiva».
Cuando tenga éxito todos asumirán que es porque me lo merezco.
Por lo tanto, ustedes y yo no podemos ser iguales. Ustedes han sido capaces de conseguir en este campo mucho más que lo que yo vaya a afrontar nunca.
Atentamente,
Jared Mauldin, Estudiante de último curso de Ingeniería Mecánica.